“Try
not. Do or do not. There is no try.
Yoda”
Los
que me conocen, saben a que niveles puede llegar mi cabezonería
(cosa a veces buena y otras mala), y saben que cuando lucho por una
meta, por un objetivo, por una ilusión, siempre doy el máximo, día
a día.
"You
don't set out to build a wall. You don't say 'I'm going to build the
biggest, baddest, greatest wall that's ever been built.' You don't
start there. You say, 'I'm going to lay this brick as perfectly as a brick can be laid. You do that every single day. And soon you have a
wall.
Will
Smith”
Y
ha sido así, con trabajo duro, constancia y paciencia como he
llegado hasta aquí en 1 año.
Si
bien la temporada se daba muy bien, faltaba por poner la guinda al
pastel, y como no podría ser de otra manera, lo he querido hacer en
el triatlón olímpico de Castro-Urdiales, triatlón en el que debuté
y me enamoré de este deporte.
De
nuevo, nos plantamos en una carrera sin drafting (no se puede ir en
grupo en bici) por lo que aquellos con cabra o bici de contrarreloj,
tienen ventaja. La natación es con neopreno.
Bien,
pues desde boxes nos llevan en autobús a una de las playas de
Castro, desde donde se dará la salida. Algo que mosquea mucho a los
triatletas, ya en la arena de la playa, es que para llegar a la
primera boya, hay que bordear un saliente rocoso y cortante, del que
parece ser la organización no se ha percatado antes, y es ahora, a 3
minutos de la salida femenina cuando se dan cuenta del peligro y
deciden poner entre la primera boya y la playa una lancha a modo de
boya. Lancha que se va antes de la salida másculina. Why?? who
knows.
Una
vez dado el pistoletazo de la salida femenina, los triatletas
masculinos nos colocamos en posiciones. A mi lado Joseba Plagaro, y
justo delante nuestro gente del nivel de Gillem Rojas, Muller,
Bayon,... la cosa promete. Una vez se da la salida masculina,
comienza el caos típico, codazos, patadas, empujones... Hasta ahora,
supongo que por suerte, no he recibido grandes golpes en el agua,
pero Castro abrió la veda. La verdad es que un triatleta y yo nos
íbamos peleando por coger unos pies, y fui yo quien consiguió
entrar primero, pero parece ser que el otro se indignó y empezó a
pegarme con las manos en la cara. En fin, hay gente para todo. Total,
que me desplazo a la izquierda y meto un arreón, me pongo primero
del grupo y me pongo a tirar del grupo, hasta que se rompe y nos
quedamos 3, que llegaríamos seguidos a la T1.
Nada más subir las
escalerillas me chivan que voy 14, así que hago una transición
rápida y veo que a unos metros está Echenique, así que voy muy
bien. Me coloco detrás de este, respetando la distancia de drafting,
y hacemos los primeros kms. Para el km 10, ya nos van pasando algunas
cabras, pero una vez llegamos al puerto de Hoyomenor, mantengo la
posición, y a la vuelta consigo mantenerme también, aunque las
piernas las llevo finas.
En
la entrada de la T2, me vuelven a cantar que voy el 24, así que de
nuevo transición rápida y a correr. Las sensaciones corriendo son
muy muy buenas, así que aprieto todo lo que puedo y empiezo a pasar
gente. En la primera vuelta paso gente hasta ponerme a poca distancia
de Javier Alonso. La segunda vuelta, voy de subidón, recortando más
distancia con Javier, y pasando a gente, lo cual me va motivando cada
vez más.
De
esta manera, entro en meta y me cantan que el 18. Este es el momento
en el que una tremenda alegría me invade el cuerpo y estoy que me
subo por las paredes. El de Castro es un triatlón que me encanta y
al que le tengo debilidad. El año pasado reventé en la carrera a
pie, y no pude disfrutar todo lo que quería. Este año, soy el 18
clasificado. Increíble. Termino la temporada por todo lo alto, poco
más se podía pedir.
Ahora,
de “descanso” hasta septiembre, cuando volvemos a la carga. El
año que viene promete.
Gracias
a todos los que me han apoyado. Gracias a mi entrenador Gorka
Bizkarra, por aguantarme y hacer de mí el triatleta que soy ahora.
Gracias a la family por estar siempre ahí.
Eskerrik
asko!! Gracias!!
